Lo que para muchos no pasa de ser un juego de niños, se ha convertido en una apasionante disciplina del vuelo con aeromodelos que, para sorpresa de los entendidos y de los neófitos, ha obtenido marcas superiores a las de los aviones reales. En ésta nota les explicaremos de qué se trata.
Quién no ha jugado en su infancia con un avioncito de papel, ya sea en sus horas libres en el colegio, ó cuando los medios no permitían construir un modelo con materiales más durables, ó simplemente porque, para divertirse, bastaba con usar la imaginación y transformar una hoja de papel común y corriente en un veloz bólido capaz de surcar por escasos segundos un espacio del cielo de nuestro barrio?
De la misma manera que un Profesor de mi época de estudiante supo decir que: “Se puede pasar una vida sin haber pisado Tribunales jamás, pero es imposible que alguien no haya usado alguna vez en la vida los servicios de un banco”, podría afirmarse que “Se puede pasar una vida sin haber tenido nunca un juguete, pero es prácticamente imposible que alguien no haya jugado alguna vez en la vida con un avioncito de papel”. Tánto atrapa éste particular entretenimiento.