Abril – Mes de Homenajes.-
El cuarto mes del año es particularmente glorioso para todo argentino ligado a la aeronáutica que se precie de reunir ambas cualidades.
Si bien al protagonismo lo tendrán siempre los acontecimientos ligados a la Guerra de Malvinas , existe otro hecho no menos significativo protagonizado también por un aviador militar argentino aunque no haya existido conflicto bélico de por medio .
Pero vayamos por parte : Con respecto al primer punto , buena es la oportunidad para agradecer , una vez más a la Fuerza Aérea del Perú , los únicos Hermanos de Latinoamérica que se jugaron por nosotros enviándonos el pack de 10 Mirage M-5 P para reforzar a nuestra Fuerza Aérea en 1.982 , aproximadamente 15 días antes del cese de hostilidades . La historia ya se encuentra descripta en un apartado especial de nuestra página , por lo tanto , sólo me queda al respecto dar por reproducidas las palabras de mi compañero de tareas Alfredo Alí Alava , a las cuales sólo agregaré que los aviones allí mencionados se incorporaron a la Fuerza Aérea Argentina dando origen a la Xª Brigada Aérea , Grupo 10 de Caza , que operó entre 1.986 y 1.998 en la B.A.M. Río Gallegos (Santa Cruz) bajo el seudónimo de “Los Guerreros del Hielo” como rezaba el escudo de unidad . Cambiaron su nombre originario de Mirage M-5P por el de M-5A Mara (por la liebre patagónica), y, durante los años que permanecieron en el Sur de la Patria, lucieron el esquema que se observa en la foto de la maqueta que acompaña a éste relato homenaje. Pero, sin duda, el mismo no estaría completo si no pronunciara las adecuadas palabras de agradecimiento, y quise hacerlo a través del poema que también acompaño a continuación.
Diez Flechas
Una Joya los vio partir con tanta prisa
Que ni Novias ni Esposas ni Amigos tuvieron siquiera tiempo
Para despedirlos
Sólo sabían de tán riesgosa misión sus Jefes
Y un Santo de la Espada que desde la Eternidad les reclamaba
No permitir a los piratas profanar la sagrada Libertad
Con tánta sangre conseguida.
Y al llamado de nuestro común Protector acudieron prestos a ayudarnos
Evitando que la estrella blanca y azul de Atacama
Ó el arco iris del Altiplano los iluminaran.
Sólo el mutismo reinaba en un vuelo silenciosamente ruidoso.
Sólo nosotros debíamos saber que los esperados refuerzos por fin llegarían.
Una árida y helada Patagonia los recibió
Cuando ya era tarde para cambiar el curso de una historia
Que comenzó a volverse en nuestra contra.
Sin embargo no quisieron que las 10 flechas supersónicas volvieran con Ustedes.
Se quedaron para siempre con nosotros
Cambiaron su nombre de cóndores por el de liebres.
Pero cada vez que su rugido atruene los cielos de la Patria
El espíritu de los Hermanos Peruanos que nos ayudaron hablará
Para recordarnos que el sueño del Gran Libertador continúa vivo.-
El segundo acontecimiento tiene que ver con la hazaña protagonizada por el Capitán de Ingenieros y Aviador Militar Luís Cenobio Candelaria el 13 de abril de 1.918, primera vez que la Cordillera de los Andes fue cruzada en avión.
Este ilustre argentino, bonaerense de nacimiento (4 de octubre de 1.892), tucumano por adopción (falleció en nuestra Capital el 24 de diciembre de 1.963), había jurado sobre la tumba de Jorge Newbery, el gran precursor de la Aviación Argentina, intentar cumplir la hazaña que aquel había dejado trunca a causa de su mortal accidente en Los Tamarindos el 1º de marzo de 1.914.
Candelaria había obtenido su brevet de Piloto el 18 de septiembre de 1.917. Más de 3 años después de la muerte de Newbery, en parte por la Gran Guerra (1.914 – 1.918), que no permitía un abastecimiento efectivo del siempre caro y complicado material aeronáutico, en parte por haber fracasado los intentos de Alberto Roque Mascías y de Pedro Leandro Zanni, la Cordillera aún mantenía su invicto, a pesar de que Eduardo Bradley y Angel María Zuloaga la habían cruzado en el globo Eduardo Newbery el 24 de junio de 1.916. Sin embargo, los aviones aún no podían con el majestuoso macizo andino, y existía la posibilidad cierta de que el chileno Dagoberto Godoy Fuentealba lo lograra por disponer de la mejor máquina para lograr tal objetivo.
El audaz Candelaria , quien había sido destinado a la guarnición de Zapala (Neuquén) , con un precario Morane Saulnier Type L Parasol , engripado y cargando con la oposición de sus Jefes , decidió , contra viento y marea , adelantarse a Godoy Fuentealba y el 13 de abril de 1.918 se lanzó a la aventura rumbo a una Cordillera que , en cuanto a meteorología respecta , no se mostraba tampoco amistosa en absoluto . Partió de la base de su guarnición a las 15:30 hs. de aquél histórico día y, tras recorrer los 230 kilómetros que la separan de Cunco, Provincia de Cautín, Chile, aterrizó a las 18:00 hs. en un valle de ésa localidad de noche, llevándose por delante un alambrado perimetral, por lo cual el avión dio una vuelta campana que obligó a salir a Candelaria “gateando”, es decir asentando las manos antes que los pies en tierra. Pero lo había logrado.
Años más tarde, en 1.922, se desbarrancó con una mula mientras practicaba un relevamiento topográfico en la Quebrada del Agua Salada, quedando incapacitado para el servicio activo. Una vez pasado a retiro se radicó, primero en Mendoza en los años ’30 y finalmente en Tucumán en 1.955, dedicando los últimos años de su vida a pintar motivos de la Cordillera a la que había vencido. Murió en nuestra Capital en la Navidad de 1.963, y, por su voluntad, sus restos fueron sepultados en Zapala, la Ciudad que lo vio partir rumbo a su hazaña 45 años antes. El Aeropuerto Internacional de San Carlos de Bariloche lleva su nombre, perpetuando la memoria del primer Vencedor de Los Andes para gloria del mismo y ejemplo de las futuras generaciones de argentinos.
REDACCIÓN: OSVALDO FIERRO. -