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Coche Motor a Tafí Viejo
Bienvenidos al Tren. Pero cuándo?
El 18 de junio pasado efectuó un viaje experimental. Hasta ahora, no volvió a repetirse. Porqué cuesta tanto volver a poner en marcha un servicio tán necesario?
Un poco de historia :
Quienes tuvimos la enorme dicha de vivir los mejores tiempos de nuestra vida en un lugar como mi pueblo natal Tafí Viejo (Tucumán - Argentina), sin duda habremos viajado , en aquéllos ya lejanos años ’70 , al menos una vez en aquélla maravilla tecnológica para el transporte interurbano de pasajeros , el coche motor .
Según su definición se trata de un tren corto articulado en su parte media , en el cual uno de los segmentos tiene función propulsora (unidad tractora) y la otra es un vagón normal (unidad remolque) entre los cuales puede intercalarse , por regla casi general , uno ó , a lo sumo , dos vagones más .
Cuando la propulsión diesel comenzó a reemplazar a los aún vigentes y siempre nobles trenes a palo , el coche motor se constituyó en el medio de transporte interurbano de pasajeros poco menos que ideal para un país como Argentina , donde el movimiento de pasajeros entre ciudades situadas a distancias cortas (desde los 15 y hasta los 50 kilómetros) y medias (entre 50 y 150 kilómetros) requería medios rápidos capaces de transportar pasajeros desde sus pueblos hasta la capital sin tener que pasar por las vicisitudes del tránsito callejero .
Con ése propósito se investigaron varios modelos existentes en países de Europa donde las exigencias de desplazamiento eran similares a las de Argentina , optándose finalmente por las unidades Ganz Mavag de origen húngaro , de las cuales comenzaron a llegar los primeros ejemplares en los años ’50 , siendo paulatinamente remplazados por modelos más modernos de la misma procedencia durante casi 20 años .
 
En lo que a nuestra Provincia de Tucumán respecta, es especialmente destacable el servicio que unía con varias frecuencias diarias Tafí Viejo con la Capital San Miguel de Tucumán con paradas en Tiro Federal (Tafí Viejo), Estación Muñecas, Colegio Nacional y Estación El Bajo (San Miguel de Tucumán) e idéntico recorrido en reversa a Tafí Viejo. Se prestó con una regularidad casi perfecta durante casi 3 años, desde 1.972 hasta 1.975 inclusive. El viaje duraba alrededor de media hora y el mayor tiempo que insumía era el de las paradas que se registraban. Era silencioso y placentero, a tal punto que algunos taficeños veníamos a la Capital sólo para viajar en el coche motor.
Se empleaban boletos de cartón compacto de color ladrillo para los pasajeros comunes y con dos bandas, una sepia y otra blanca, para el personal obrero de los talleres de Tafí Viejo, quienes, obviamente, gozaban de descuentos por su condición, y los menores de edad (yo en aquélla época) pagaban medio boleto, el cual era recortado en ventanilla al momento de ser vendido.
Las fotos que ilustran la nota de por sí permiten intuir que se trataba de un medio de transporte confortable y moderno, que no sólo cumplía acabadamente con los requerimientos del incipiente transporte interurbano de pasajeros sino que, además, costaba casi la mitad del boleto del servicio ómnibus que unía los mismos puntos y que, lamentable y erróneamente, fue considerado siempre un medio que competía y no que complementaba al tren.
La última vez que un coche motor operó regularmente en Tucumán fue en diciembre de 1.978 desde la ex estación del desaparecido Ferrocarril Central Argentino (Avenida Roca al 500) y, salvo un aislado intento de una empresa de corta vida (Ferrocarriles del sur) a fines de 1.987, durante 31 años no se concibió idea alguna tendiente a restablecer éste esencial servicio, proyecto que, hasta el presente, aguarda su reactivación.
Se intentó un otoño
A mediados de mayo del corriente año una noticia publicada en primera plana de nuestro matutino La Gaceta llenó de júbilo a tucumanos de la capital y taficeños : la llegada al puerto de Buenos Aires de unidades Apolo 2.400 de procedencia española , que , a pesar de ser modelo 1.983 , eran bastante más modernos que los Ganz Mavag que ya habían pasado a ser piezas de museo .
Una de las unidades Apolo, la 2458, fue destinada a Tucumán para reactivar el servicio entre la Capital y Tafí Viejo. Fue repintada de color azul en reemplazo de su blanco con vivos azules y amarillos original de España, y en sus laterales puede leerse TREN DEL VALLE. El nuevo coche motor efectuó un viaje experimental de 40 minutos de duración entre la Estación Central Córdoba y la ya tradicional de Tafí Viejo en la noche del 18 de junio del 2.009. Si su partida desde el Central Córdoba fue seguida por una interesante cantidad de público, su llegada a Tafí Viejo fue realmente apoteótica: lo aguardaban 10.000 taficeños para darle la bienvenida, como si en vez de haber pasado 34 años desde el último servicio regular, tan sólo se hubiera tratado de un tren que se fue un día con un color y otro día volvió con otro, ó, más aún, como si el tren nunca se hubiera ido. Pocos acontecimientos concitaron tánta atención y adhesión en Tafí Viejo como el retorno del coche motor, ni el frío ni ningún impedimento pudo frenar a tánta gente ansiosa de recibir a un transporte que, más que la renovación tecnológica, parecía traerles nueva vida, como era tán necesaria desde que la capacidad de los talleres fuera sensiblemente reducida desde los años ’80.
Pero así también la ilusión se esfumó. En efecto, hasta el día de la fecha no se ha implementado servicio alguno ni regular ni no regular de éste nuevo tren que, por sólo observar los datos que brindamos en el párrafo anterior, pude intuirse que es, desde ya, de un éxito masivo para el público usuario, público usuario que, cada día con mayor insistencia, reclama en cuanto medio escrito u oral de prensa tenga a su alcance la inmediata puesta en servicio del nuevo coche motor.
Lamentablemente, por razones que no se pueden precisar con exactitud, tales voces parecen no escucharse. Como se observa en la foto que tomara a mediados de septiembre próximo pasado, el TREN DEL VALLE se encuentra poco menos que arrumbado en la playa de la Estación Central Córdoba junto con otros viejos trenes con los cuales pareciera condenado a languidecer.
Cuándo podremos decir, como lo cantara Sui Generis allá por 1.972 siguiendo a los guardas que indicaban la partida “Bienvenidos al Tren”?. Ojalá que sea pronto, e igualmente, ojalá nuestra próxima nota sobre éste tema pueda pronto titularse como aquélla canción tan encantadora de Roupa Nova “Siguiendo en el Tren Azul”.
Osvaldo Fierro
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