Los ‘70’ s trajeron la primera aproximación a lo que en 1.975 Merlo, en la misma nota citada, llamaba “aviones hechos para no volar”, los autos que llevaron la evolución comentada en el párrafo anterior a extremos que comenzaron a consolidarse en 1.978 con la aparición del Lotus Cosworth 79, la última gran construcción y probablemente la obra maestra de Colin Chapman. En él se podían observar claramente sus pulidas líneas de refinada aerodinámica que, embadurnadas por su característico color negro con vivos dorados, lo convertían en un verdadero “Caza Stealth” hecho para correr carreras. Probablemente éste soberbio prototipo y los de las marcas a las que inspiró (Renault, Ferrari, Ligier, Williams, Arrows, Tyrrell, Copersucar, Brabham) fueron los autos más bellos de toda la historia de la Fórmula 1, categoría que desarrollaba prestaciones más propias del combate aéreo (al estilo 1ª Guerra Mundial) que de carreras de autos. Pero las elevadísimas performances exhibidas por éstos verdaderos “aviones que volaban sobre el pavimento” (eran realmente sobrehumanas) y que provocaron gravísimos accidentes, obligaron a “humanizar” un poco más la categoría abandonando un diseño bellísimo y reemplazándolo por uno de líneas más sencillas.

 

Finalmente, con el accidente que le costara la vida al gran Ayrton Senna, la categoría avanzó hacia lo que sería el último gran paso en la evolución técnica tendiente a proporcionar la mayor seguridad al piloto. En efecto , podemos ver en los últimos modelos de las grandes marcas que ya prácticamente no se ve al piloto , totalmente “enfrascado” en un estrecho cockpit del cual sólo puede ver hacia adelante y los retrovisores pero no puede ni girar la cabeza . Hubo accidentes, y, en algunos casos, muy fuertes, que hubieran dejado al de Senna convertido en un juego de niños. Pero, afortunadamente, las estructuras resistieron bien y no hubo que lamentar ni víctimas fatales ni lesiones graves en los pilotos.

 

Eso sí, hay que lamentar que la seguridad haya ido en detrimento de la estética. Un nostálgico de mi amistad llegó a expresarme: “- Qué querés que te diga  me dan la misma impresión que las chicas anoréxicas. Se les ven todas las costillas –“.

Efectivamente , en la reciente exhibición efectuada por David Coulthard en la Avenida 9 de Julio pudo observarse con bastante detalle las características de un auto ya viejo (es modelo 2.006) pero que comparte gran cantidad de elementos con el actual “Toro Rosso” : una profusión de superficies alares informes puestas casi al azar como si fueran yapaduras que no se terminan de corregir nunca y como si siempre faltara agregar alguna más , líneas indefinidas que se cortan donde uno ni se imagina , contornos muy recortados con gran cantidad de quiebres que hacen al prototipo francamente desagradable a la vista , no obstante contar con una estabilidad y prestaciones soberbias , que hicieron el delirio de los 80.000 fanáticos que se arrimaron a verlo .

 

Un estudioso de la técnica aeronáutica supo expresar alguna vez que “un buen avión de caza debe ser bonito”. Aunque probablemente hoy no se piense en eso, bueno sería volver a tenerlo en cuenta. Al parecer, a partir del 2.009 la Fórmula 1 traerá cambios y, por lo que se ha visto en los avances, influirán en la aerodinámica.

Será el primer paso para sentar un precedente similar al de la aviación de caza en el sentido de que pueda decirse: “un buen Fórmula 1 debe ser bonito”?

Esperemos que así sea.

Osvaldo Fierro