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  Tucumán y el Rally – Historia – 2ª Parte.-
 

 

Tucumán y el Rally – Historia – 2ª Parte.-


Vuelta del Noroeste – Madre de Rallies (1).
 
Período 1.964 – 1.967 : La peligrosidad que exhibía el TC a fines de los ’50 por las elevadas velocidades promedio que se alcanzaban con suma facilidad , unida a la creciente popularidad que , en la misma época , iban generando progresivamente las carreras de autos con mínima preparación (llamados primero Standard y luego Turismo Mejorado) , motivaron que , a partir de 1.964 , la Asociación Tucumana de Automóviles Standard (A.T.A.S.) , organizara la prueba que estaría destinada a convertirse , durante 21 años , en el referente del automovilismo en la región Noroeste del país y , junto con su similar cuyana San Juan – Coquimbo – San Juan , uno de los clásicos ruteros argentinos por excelencia .
 
Este primer período de la tradicional carrera sirvió para consolidarla a nivel nacional (en el que llegó a adquirir tanta importancia que se la denominó “Petit Gran Premio” – éste último llamado “La Gran Carrera Argentina”), y también internacional, ya que en ésta época, y como no volvería a repetirse sino hasta la actualidad, participaron pilotos de países hermanos.
 
En éste período también se registra la mayor diversidad del parque automotor participante, que no se tradujo sin embargo en gran lucha de marcas como sí ocurriría en la década siguiente, fenómeno que tampoco volvería a repetirse sino hasta la actualidad. Esta diversidad mencionada también permitió que en ésta época se registraran los promedios más altos, muchos de ellos no igualados hasta el presente.
 
Una serie de accidentes ocurridos en competencias de TC desde fines de 1.967 y también en 1.968 (algunos con víctimas fatales), que obligó a suspender toda carrera de ruta en el país durante largo tiempo, abrió un paréntesis de 3 años, antes de que la “Vuelta” regresara para encarar su época dorada.
 
Los ganadores de la “Vuelta” entre 1.964 y 1.967, por orden cronológico, fueron:
1.964: José Roberto Gettas (Peugeot 404 SRI) en la general y en la categoría D; Italo Maresio (Alfa Romeo Giulietta) en la categoría C; Carlos Carrizo (Renault Gordini) en la categoría B; Roberto Villaverde (BMW 700 De Carlo) en la categoría A y Carlos Céspedes (Citroen 2 CV) en la categoría hasta 500 cm3.
1.965: Nasif Moisés Estéfano (Alfa Romeo Giulia TI Súper) en la general y en la categoría D; José Galiotti (Peugeot 404) en la categoría E; Tulio Riva (Auto Unión DKW) en la categoría C; Gastón Carlos Perkins (Renault Gordini) en la categoría B y Rogelio Scaramella (BMW 700 De Carlo) en la categoría A.
1.966: Oscar Cabalén (Ford Mustang) en la general y en la categoría D; Carlos Reutemann (Fiat 1.500 Berlina) en la categoría C; Rosmualdo Visintini (Auto Unión DKW) en la categoría B y Juan Angel Ratto (N.S.U. Prinz) en la categoría A.
1.967: Ernesto Diego Santamarina (Peugeot 404) en la general y en la categoría D; Italo Maresio (Alfa Romeo Giulia TI Súper) en la categoría C; Carlos Ruesch (Renault 1.093 Gordini) en la categoría B y Santos Toraño (BMW 700 De Carlo) en la categoría A.
 

 
La década del ’60 permitió la participación de pilotos y máquinas del más variado origen en nuestra Vuelta del Noroeste. Entre ellos se destacó  el uruguayo Héctor Marcial Fojo, quien condujo un Saab 96 V4 similar al ilustrado en la foto en la edición 1.965.
 

 
Uno de los autos que marcó época en la Vuelta del Noroeste, el Fiat 1.500 Berlina. Aún cuando su vida útil había técnicamente concluido, todavía daba batalla a máquinas más modernas. Carlos Reutemann lo llevó al triunfo en su clase en 1.966 y Pedro Manuel “Pirincho” Parra ganó con una unidad similar la primera etapa de la edición 1.971. 

 

 

Oscar Cabalén , el “domador de monstruos” más destacado en la historia de la Vuelta del Noroeste ; ganó la edición 1.966 con un auténtico “pura sangre” , el legendario Ford Mustang , con el que marcó el promedio más alto en la historia de la clásica prueba noroestina . En éstas fotos lo vemos a bordo de su poderosa máquina, en manejo en plena montaña y en un espectacular derrape. 

Ernesto Diego Santamarina, uno de los héroes en la historia del rally argentino, también inscribió su nombre entre los ganadores de la Vuelta del Noroeste. Siempre acompañado por su Peugeot 404 “Pingüino” oficial, fue el responsable de que la escuadra del león marcara una clara supremacía en la primera parte de la historia de nuestra tradicional carrera.

 

 


Por Osvaldo Fierro y colaboracion de Javier Lopez Posse.





 
 

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